El domingo 7 de abril, fue el encuentro de las familias, en el que Dios sanó el corazón de los hijos y los padres, como dice la Palabra de Dios, en Malaquías 4, 6“Él hará que los padres se reconcilien con sus hijos y vivan en paz. Pero si no se reconcilian, yo vendré y destruiré la tierra”.
